Cosplay, su origen y evolución

Cosplay

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Los Cosplay son reconocidos por todo el mundo como parte de las “excentricidades” de Japón, a pesar de que no comenzó del todo en este país. Y si eres un “friki”, o un “otaku” seguramente en algún momento has soñado con ir a alguna de las convenciones más grandes relacionadas con el cosplay en Japón.

 

¿Qué es el cosplay?

Este término viene del inglés “costume player” y se trata sobre disfrazarse de cierto personaje del cine, la animación o incluso la literatura, cosa distinta a un simple disfraz común, donde se suele usar atuendos más generales.

Una buena comparación, sería un Cosplay de It, contra un disfraz de payaso. En la primera se trata de que el atuendo sea lo más parecido posible al de It, buscando los accesorios, el maquillaje, y cualquier otra cosa que haga la representación perfecta del personaje. Por el contrario, un simple disfraz de payaso tomaría un poco de todo, una peluca, atuendo y accesorios sacados de cualquier tienda de disfraces, sin mucha distinción.

Además de esto, muchos cosplayers disfrutan de actuar de la misma forma que el personaje, como una especie de juego de rol. Hay que tener en cuenta que estos atuendos requieren de un presupuesto mucho mayor, a menos de que se hagan a mano, pero aun así, el presupuesto puede terminar siendo alto.

 

El origen del Cosplay

A muchos les sorprende saber que el cosplay no nació en Japón, pues siempre se le asocia a este país, pero lo cierto es que, en este caso, Estados Unidos les ganó. 

Los cosplay aparecieron por primera vez en los años 30, donde una pareja fue disfrazada de personajes de la película Things to come, en la primera convención de ciencia ficción. Gracias a su ejemplo, los demás participantes comenzaron a llevar sus propios cosplay los siguientes años, pero aun así, no llegó a ser considerado verdaderamente popular hasta los años 70, cuando Japón le dio su toque en el Comic-Market.

Ya con la participación en estos grandes eventos, el cosplay se abría paso a ser cada vez más utilizado, aunque las personas que los usaban en ese entonces eran considerados personas raras, ñoñas o frikis. 

El último impulso que terminó de colocar al cosplay en la posición “actual”, fue cuando el escritor Nobuyuki Takahashi redactó un artículo sobre esto en su editorial japonés, Studio Hard. Poco después, este mismo escritor comenzó a organizar los reconocidos grupos de “mascaradas”, quienes asistían a los festivales y eventos de anime y manga en Japón. 

A medida que el grupo tomaba fama, se unían a este cada vez más personas dispuestas a disfrazarse de sus personajes favoritos.

 

Su evolución

Al principio era poco más que un par de prendas destinadas a recordar al personaje al que se le hacía referencia, pero con el tiempo los trajes se volvían más elaborados, agregando los accesorios y pelucas, pasando luego por el maquillaje, que al ir evolucionando por su propia cuenta, y combinarse con el cosplay, consiguió hacer disfraces cada vez más realistas, al punto en que hoy en día podemos encontrar a personas que realmente parecieran ser la versión real de nuestros personajes de anime. 

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El trabajo de cosplayer

Uno de los trabajos que surgieron gracias a las redes sociales, y que hace unos años jamás hubiéramos pensado que podrían existir, es el de cosplayer.

Siendo prácticamente lo mismo que un influencer, en cuestiones de cómo ganan dinero, los cosplayer tienen mucho trabajo por hacer, consiguiendo o haciendo los atuendos, aprendiendo y aplicando los maquillajes, creando contenido, creando fotografías que utilicen sus mejores ángulos, marcando la similitud con los personajes.

Otro trabajo es la creación de los propios atuendos, desde tiendas tailandesas con telas simples y sosas, que parecen más bien un disfraz barato de Halloween, hasta atuendos exactamente iguales, con cada mínimo detalle y telas de gran calidad. En estos casos, como siempre, la demanda es aprovechada por quienes supieron ver la oportunidad cuando se presentó.

 

Entre la tienda y el hecho a mano

Sería muy bueno poder comprar un cosplay de gran calidad a bajo precio, pero esto es prácticamente imposible, ya que los más baratos suelen usar telas de mala calidad. Es aquí cuando llega la otra opción, la más molesta y que más se tarda, pero también la más barata, hasta cierto punto, el hecho a mano.

Claro que, esta opción solo está disponible para aquellos que saben cómo coser y crear ropa, por lo que la mejor opción de muchos sigue siendo ir por trajes de dudosa calidad. De cualquier manera, los cosplay suelen ser aceptados en su mayoría por los otros que también participan, independientemente de los materiales utilizados.

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