Futakuchi Onna
Futakuchi Onna es un Yokai muy conocido en Japón. Contrario a otros Yokai, ella no nació de esa forma, ni es algún tipo de fantasma, sino que se trata de una maldición.
¿Cómo es la Futakuchi Onna?
Las Futakuchi Onna son fáciles de identificar cuando las encuentras “en el acto”, son mujeres aparentemente normales, pero que no suelen comer delante de nadie, ni siquiera de sus propias parejas. Este Yokai espera a estar a solas para revelar una segunda boca en la parte trasera de la cabeza, que utiliza los cabellos como manos o tentáculos, para tomar grandes cantidades de comida y devorarlas.
Esta segunda boca puede ser de aspecto “normal”, idéntica a la boca principal de la mujer, o tratarse de un gran agujero, con enormes dientes afilados como colmillos. De cualquier manera, la imagen resulta tan perturbadora, que en la mayoría de ocasiones, quienes las descubren no logran reaccionar a tiempo, siendo presas de su ira.
¿De dónde provienen?
Hay varias razones por las cuales una mujer puede convertirse en una Futakuchi Onna, la principal razón, sucede cuando una mujer, siendo la primera esposa, se niega a alimentar a los hijos de las concubinas, o segundas esposas de su marido, dejándolos morir de hambre, mientras mima y alimenta perfectamente a sus propios hijos.
Esto era muy común en aquellas épocas, en que un hombre podía tener más de una mujer oficialmente, o incluso después, cuando aceptaban hacerse cargo de hijos ilegítimos de sus amantes. También puede ocurrir, que se trate de una mala madre, que no alimenta a sus propios hijos.
Sea de quien sea el niño, en estos casos el espíritu del fallecido maldecía a quien causó su sufrimiento.
La segunda causa más común, se refiere a aquellas mujeres que dejaban de comer, o consumían muy poco, para mantenerse delgadas, arriesgando su salud. En estos casos, caía como una maldición divina, como castigo por su vanidad.
La tercera opción más probable, se debía a que la mujer era tacaña y mezquina, negándose a ayudar a los más necesitados, llegando incluso a comer más, para marcar su posición. Este también llegaba como castigo divino, pero no era una causa tan usual.
Existen otras razones según la leyenda, pero mantienen cierto parecido.
La leyenda del artesano tacaño
La leyenda más conocida de la Futakuchi Onna, es sobre un artesano que vivía en un pequeño pueblo. Este hombre, era sumamente tacaño, y se preocupaba demasiado por el dinero y los gastos, a pesar de tener suficiente dinero para poder vivir bien.
Debido a su afición por el dinero, le era imposible conseguir una esposa, pues se negaba completamente a mantener a otra persona, y le aterraba la idea de que un hijo le consumiera mucho dinero.
Un día, mientras trabajaba, llegó a su aldea una mujer muy hermosa y dulce, que pedía por un trabajo, y un lugar donde vivir. Muy pronto, todos los hombres estaban intentando conquistarla, pues además de hermosa, con el paso de los días demostró ser el ejemplo de una esposa perfecta y trabajadora.
Pero, nada de esto pudo convencer al artesano de luchar por ella sino hasta el día en que se enteró de que ella no comía nada, o al menos, eso era lo que se decía, pues nadie la había visto comer nada. El artesano rápidamente comenzó su cortejo, saliendo victorioso.
Pasaron varios meses en que la pareja era tan feliz, que el artesano no volvió a pensar en el dinero, dejando sus preocupaciones de lado, mientras se concentraba en su bella esposa, que lo llenaba de felicidad cada día. Sin embargo, esto llegó a su final un día.
Al principio, el artesano no podía creer su suerte, encantado en todo sentido con su esposa, pero, cuando más tranquilo estaba, comenzó a escuchar los rumores de las personas, que contaban, que veían a su esposa comprando mucho arroz, suficiente para alimentar a 4 personas, a pesar de que solo había dos en casa.
Algunas de estas personas, supusieron que estaba embarazada, pero eran calladas por otros que decían, que si así fuera, engordaría, por lo que la comida no podía ser para ella, sino que probablemente, se trataría de un amante. El artesano no quería creer en lo que oía, pero al llegar a casa, se dio cuenta de que había en la despensa, varios sacos vacíos de arroz.
Furioso y herido, decidió quedarse escondido ese día, para poder ver la verdad del asunto. De esta forma, cuando su esposa creía que él se encontraba en el trabajo, entró a la despensa, y se sentó a comer.
El artesano se quedó atónito con lo que vio, su esposa, quien comía tan tranquilamente trozos pequeños, poseía una segunda boca detrás de la cabeza, que devoraba en segundos sacos enteros de arroz. Él intentó huir inmediatamente, pero ya era tarde, ella lo había descubierto.
Lamentándose por tener que deshacerse de su amado esposo, la Futakuchi Onna no tuvo más opción que asesinar a su esposo, para que no contara su secreto, o la matara.
Existen muchas más leyendas parecidas, entre una Futakuchi Onna y un hombre solitario, pero todas terminan en el mismo punto, con uno de los dos muriendo a manos del otro, un final trágico, y común en estas historias.
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