La leyenda de la niña y las semillas de sésamo

La niña y las semillas de sésamo

La niña y las semillas de sésamo

¿De dónde vienen leyendas como la niña y las semillas de sésamo? Como ya se ha mencionado antes, en Corea del Sur hay muchísima presión sobre el cumplir con los estándares de belleza, al punto en que si una persona tiene un “defecto” se espera que lo “arregle”. Por esto, es cada vez más común el gastar mucho dinero en cientos de productos para la belleza, teniendo rutinas diarias de belleza que suelen involucrar unos 10 productos o más, así como la normalización del uso de la cirugía estética para cualquier cosa mínima que “dañe la imagen”.

Ahora, para intentar concientizar sobre los males de la obsesión con la belleza, salen cada día miles personas buscando la forma de ayudar con este problema. Entre estos intentos, los que mejor alcance suelen tener son aquellos que más que hablar sobre lo bueno de la belleza interior, o los distintos tipos de belleza y demás, se centra en resaltar todo lo malo de la obsesión, llevándolo al punto en que puede convertirse en una verdadera historia de terror.

De aquí nace la leyenda urbana de la niña y las semillas de sésamo, así como varias más que tienen el mismo propósito. Si bien estos cuentos son poco más que historias creadas muy vagamente en la mayoría de los casos, conocerlas nos ayuda a comprender un poco más sobre cómo es la vida y la forma de pensar de los surcoreanos actuales.

 

La leyenda de la niña y las semillas de sésamo

Todo comienza con una chica de último año, alguien común, pero que no cumplía con los estándares imposibles de belleza, por lo que solía ser blanco de la burla de sus compañeros constantemente. 

Al principio estas burlas eran insultos sobre lo “rara” o “fea” que era, pero rápidamente fue escalando, hablando sobre cómo nunca tendría una buena vida, sobre cómo sería mejor para ella terminar con su vida. Todos estos comentarios atormentaban su mente, sobre todo cuando tiempo después, comenzó a recibir los mismos comentarios de parte de sus propios familiares, que incluso insinuaban la idea de operarse.

Ante todo esto, la chica intentó de todo para verse mejor, pasando por todo los “trucos”, ejercicios y mascarillas que encontraba por internet, pero nada de esto le funcionaba. Cierto día encontró una página que decía, que si se bañaba en una tina repleta de semillas de sésamo, estas la ayudarían a mejorar su piel, volviéndola hermosa. 

Pensando que no tenía nada que perder, gastó el poco dinero que tenía en varios kilos de semillas de sésamo, para poder tener ese supuesto baño “mágico”. Una vez listo, se sumergió en este, quedando dormida al poco rato.

Pasaron varias horas, y su madre se empezó a preocupar. Lo primero que pensó es que podría haberse quedado inconsciente en la ducha caliente, algo que puede causar la muerte accidental en algunos casos, sin embargo, su hija le respondió cuando la llamó, diciendo que solo necesitaba un momento más. 

La madre aceptó esperar un rato, pero otra hora pasó y la chica seguía negándose a salir del baño, por lo que molesta, y aún preocupada, decidió buscar la llave para abrir el baño, encontrando allí adentro, a algo que la traumaría de por vida.

Su hija se encontraba fuera de la bañera, en una esquina del baño, temblando. Todo su cuerpo seguía empapado, pero y parecía desquiciada, pero, lo que la sorprendió, fue el ver la piel de su hija. Cada poro de cada centímetro de su cuerpo tenía atorado las semillas de sésamo.

La chica intentaba desesperadamente sacar las semillas de su pie exprimiéndolas como si fueran espinillas, pero por más que lo intentaba estas no salían, enloqueciéndola. 

 

La fe ciega en el internet

El punto que más de crítica en este relato, después de la obsesión con la belleza, es la importancia y credibilidad que se le suele dar al internet, aceptando cada reto, dieta y demás cosas referentes a la belleza como si fueran una completa realidad, sin sentarse a pensar en si estás cosas harán un bien real, o por el contrario solo empeorará las cosas.

Este es un punto muy criticado incluso por los profesionales de belleza, ya que ellos son los que más ven rostros destrozados por falsos productos o mezclas “milagrosas”. Un buen ejemplo son los post sobre mascarillas de frutas, que realmente no producen ningún efecto real, y combinado o aplicado de cierta forma, causa más mal que bien, desbalanceado el pH del rostro.

 

El empuje de la desesperación

En este relato, no se trata de que la chica tenga realmente una obsesión, sino que todos a su alrededor la tratan todo el tiempo de mala manera, como si todo lo que importara fueran los estándares de belleza, que terminan por empujarla a buscar desesperadamente soluciones a su situación. 

Puede parecer que las personas son las últimas en decidir sobre qué hacer y qué no hacer con sus cuerpos y vidas, pero al final termina afectando tanto la opinión de los demás cuando se es impuesta, que se sienten como si no existieran más opciones. Al final, la mayoría de cambios de apariencia, ya sea con cosas como el maquillaje, o con la cirugía plástica, se deben a la necesidad de aceptación, tanto de los demás, como de uno mismo.

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