Gwishin
Los famosos fantasmas coreanos, los Gwishin. Al igual que los fantasmas comunes a los que estamos acostumbrados en las historias de terror, los Gwishin son los espíritus de personas que por una u otra razón no fueron capaces de llegar “al otro lado”, ya sea por haber tenido una muerte terrible a manos de alguien, por quedar con cosas pendientes, o por el hecho de “no cumplir con su rol en la vida”.
Los Gwishin son seres vengativos y peligrosos, que no dudan en asesinar a personas inocentes que nada tuvieron que ver con sus muertes, solo por el hecho de acercarse al lugar donde los Gwishin fallecieron. Existen miles de películas y series sobre estos seres, tanto como protagonistas de una historia de terror, como el extra de una trama que requiere la presencia de una entidad luego de su muerte, por alguna razón.
Estos seres pueden habitar en cualquier parte, aun si el lugar en cuestión no tiene casi nada que ver con su muerte, ya que puede tratarse incluso del lugar al que se dirigía antes de fallecer. Ellos representan un problema tan grande que muchos chamanes se vieron en la obligación de hacer rituales con el fin de ayudar a estos espíritus a llegar al “más allá”
Las leyendas
Debido a lo diversas que son las muertes, y por tanto, los tipos de fantasmas, las leyendas que se cuentan sobre estos son igual de variadas. Entre todas estas leyendas destacan algunas que hablan ya sea del poder de los Gwishin, de la forma en que pueden ir al otro mundo, o directamente sobre las venganzas más despiadadas.
En esta ocasión, te traigo varias de esas leyendas, para que puedas entender con mayor profundidad la existencia de estos seres.
Cheonyeon y Chinggak
Más que una leyenda, se trata de un tipo de fantasma muy específico, que no ronda el plano mortal solo por morir de mala manera, sino que lo hace por no haber logrado cumplir con el propósito de su vida, pero ¿cuál es este propósito? No es ningún secreto que en Corea desde hace mucho existe la creencia de que las personas necesitan conseguir un esposo o esposa a temprana edad, para formar una familia e irse por su cuenta.
Aunque, lo que más suele pasarse por alto es el hecho de que se les inculque desde el nacimiento que su vida es por y para su padre, su marido, y su hijo, cuidándolos, y atendiéndolos. Por esta razón, solía haber una gran presión por parte de los padres, ya que si no se escoge a una pareja, ellos mismos van a ayudarle a conseguir una “cita a ciegas”.
Lamentablemente, este es un pensamiento tan arraigado e importante para ellos, que es un poco comprensible el hecho de que las mujeres que no lleguen a casarse antes de morir, están condenadas a pasar la eternidad como Gwishin, más específicamente, como una Cheonyeon. Este tipo de fantasma se caracteriza por usar ropas de funeral, y llevar siempre el cabello suelto, ya que tenerlo recogido es algo que solo podían hacer las mujeres casadas.
Pero, esto no termina aquí como un simple caso de machismo en la historia del país, ya que también se creía que los hombres que no llegaban a casarse estaban igualmente obligados a vagar en la tierra por toda la eternidad, ya que esto significa que tampoco alcanzaron el “amor de su vida”. A este tipo de Gwishin se le conoce como Chinggak.
Se cree que solo se pueden salvar de su sufrimiento si hacen un ritual de matrimonio entre sí, en el que estén dispuestos a ser fieles, amarse y respetarse toda la eternidad. De esta forma, ambos Gwishin logran hacer lo único que lo mantenía en el limbo.
Lady Dohwa y el soltero Bihyeong
Esta leyenda habla sobre el Rey Jinji, del siglo VI, el cual cierto día conoció a una joven y hermosa mujer llamada Dohwa, como las flores de melocotón. Fascinado con su belleza, hizo todo lo posible para llevarla consigo a su castillo, para convertirla en una concubina, sin embargo, puesto que ella lo rechazaba constantemente, ya que contaba con un feliz y amoroso esposo en casa.
El rey enfureció por esto, asegurando que cualquier cosa o persona dentro de los dominios de su reino le pertenecían, cosa que enfureció hasta cierto punto también a los plebeyos. Estaba tan harto de la situación que le hizo prometer a Dohwa que, si un día su esposo fallecía, ella iría a su lado inmediatamente.
El tiempo pasó y un día como cualquier otro, encontraron a un hombre que había fallecido hace apenas un día, era el esposo de Dohwa. Para ese entonces, el rey también había muerto, y lo único que le importaba aun siendo un Gwishin, era encontrar una manera de complacerla, o directamente deshacerse de su esposo.
A pesar de ser ahora un Gwishin, el rey aparece frente a Dohwa, para poder pedirle que cumpla con su promesa, a lo que ella acepta, quedándose juntos por toda una semana. Cuando al fin Dohwa sale de la habitación, se encuentra embarazada, y su hijo es aceptado como legítimo heredero.
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