Demandan a colegio de Osaka por obligar a teñirse el cabello a los estudiantes

Un Japón extremista, que fuerza la “igualdad” al obligar a sus alumnos a teñirse el cabello de negro

Estudiante demanda a colegio de Osaka por obligar a teñirse el cabello

Hoy les hablaré de un caso muy particular, y que ciertamente, nos extraña mucho como extranjeros.

Cuando pensamos en Japón, y más específicamente, en la población japonesa, casi siempre pensamos en personas de ojos rasgados, piel pálida o un poco bronceadas, y claro, cabello negro perfectamente liso. Bueno, déjenme decirles que esto último se trata de una completa mentira.

No me malentiendan, el cabello negro y liso si es un rasgo característico de los japoneses, pero… obviamente no todos son así. Aun así, por alguna razón, si vas a ciertos institutos y ves a los alumnos, solo verás este tipo de cabello, como si no existieran otros, e incluso los niños japoneses se llegan a sorprender demasiado al ver extranjeros, señalando su cabello tan “distinto”.

Bueno, resulta que todo esto es un engaño, no es que todos sean iguales, sino que todos están obligados a ser iguales. Con esto te quiero decir, que muchos colegios japoneses obligan a sus estudiantes (a veces incluso a los extranjeros), a teñirse el cabello de negro, ya que cualquier otro color no se considera “natural”, sin importar con qué tipo de cabello haya nacido el estudiante.

Y por si fuera poco, institutos que no obligan a sus alumnos a teñirse el cabello, piden a cada uno de los que tengan un color distinto presentar un certificado de cabello natural, sacado en un centro médico. Todo esto para asegurarse de que los estudiantes no se teñían el cabello, como si acaso tener el cabello castaño, rubio o rojo fuese algo imposible.

El extremismo y la presión social en Japón

La presión social es algo que nos afecta a todos, en cada país, pero de manera distinta. En Japón, la presión social se ve más fuerte en los temas que corresponden a la sociedad como una unidad. No se espera que una persona sea un individuo, sino un integrante de la sociedad, y que aporte valor a esta, siguiendo los lineamientos establecidos.

Esto se ve reflejado en cada aspecto de su vida, a tal punto que han creado toda una cultura de cómo comportarse en público, cómo esconder sus verdaderos pensamientos, para así mantener la armonía, el Honne y Tatemae.

Aun sabiendo esto, nos resulta casi imposible el imaginar hasta qué punto puede llegar, pero sin duda alguna, el obligar a los estudiantes a teñirse como si fuera parte del uniforme ya nos dice mucho sobre lo extremista que puede llegar a ser este tipo de presión absurda de querer que todos sean iguales.

 

El caso de la estudiante que demandó a su colegio en Osaka

Japón se pone en contra de la individualidad

No estaríamos hablando de esto si no fuera por esta chica, una estudiante japonesa de Osaka cuyo color natural de cabello era castaño claro. 

Se trata de un caso en específico, de una joven que fue obligada, al igual que otras, a teñirse el cabello de negro, ya que su color normal es considerado por su colegio como algo poco natural, una distracción para otros estudiantes (como si se tratase de un color exagerado y fosforescente, al parecer), y que incluso era percibido como falta de seriedad y compromiso.

Esta estudiante, a pesar de que nunca quiso teñirse en primer lugar, cedió a la petición de la institución, ya que, de no hacerlo, no podría ver clases. El problema surgió por el hecho de que sus maestros y superiores le pidieron que se tiñera constantemente, para que no se llegasen a ver las raíces, esto terminó causando una grave reacción.

El cuero cabelludo de esta joven se vio afectado de gran manera debido a los constantes tintes, que debían ser cada 3 o 5 días, por obligación. Además de ser sumamente dañino, era también un desperdicio de dinero tener que comprar tintes cada semana. 

Todo esto llegó a afectar psicológicamente, su piel se dañaba cada vez más y, a pesar de sus constantes pedidos a la dirección con la intención de lograr una excepción, estos nunca aceptaron, afirmando que era su deber, que formaba parte de su uniforme y código de conducta, asegurando que era algo que incluso los extranjeros debían hacer, por lo que ella no era especial para saltarse de esa forma las reglas.

Esto terminó arrinconando a la joven, llevándola a la difícil decisión de demandar a su colegio, por todos los daños causados. Y es que su cabello, tan maltratado por los constantes químicos, empezaba a caerse y quebrarse, dejando toda la cabeza irritada, con posibles secuelas.

Las tradiciones estrictas y sus limitaciones

Siendo un país de eternas tradiciones y fuertes costumbres conservadoras, Japón excusa este comportamiento por parte de los directivos como parte de la adecuada formación de sus ciudadanos. “Hay que volver a clavar el clavo que quiere salirse de la madera” es en lo que se basan. 

Corregir cada pequeña cosa que se salga de la norma, limitando las capacidades e individualismo de cada estudiante, hasta convertirlos en copias exactas, como simples máquinas. ¿Es esto lo que desea Japón para su país, personas sin personalidad ni creatividad? 

La idea de este tipo de formación, es crear un carácter adecuado para cada puesto de trabajo, donde a los jóvenes solo les espera más reglas absurdas e ineficientes, que solo logran retrasar la innovación y evolución que realmente necesita Japón para poder seguirle el paso a nivel empresarial a China y Corea del Sur.

 

La resolución de la demanda

Colegio de Osaka es demandado por obligar a los estudiantes a teñirse de negro

Si bien aún no se ha tomado una decisión a nivel nacional sobre el destino de los estudiantes de Japón, muchos colegios han tomado partido, eliminando la norma de teñirse el cabello

Aunque en su mayoría siguen pidiendo, y con más insistencia ahora, que se presente un certificado de cabello natural por parte de cada estudiante de color de cabello distinto, así como quienes tienen el cabello ondulado.

Solo esperamos que con el tiempo todas las escuelas eliminen por completo esta norma, y su exigencia de certificados, aceptando las diferencias que puedan existir en cada persona, respetando y fomentando la individualidad.

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