Tsuda Umeko
Es bien sabido que Japón, lamentablemente, ha sido, desde hace mucho, un país que promueve el machismo, sobre todo en las eras Edo y Meiji. Si bien esto ha cambiado bastante desde entonces, ha sido gracias a personajes históricos como Tsuda Umeko.
Tsuda Umeko fue una de las primeras mujeres en abrir una academia de inglés en Japón, la cual posteriormente se convirtió en la Universidad Tsuda, otorgando una oportunidad a las mujeres japonesas, de poder hacer una carrera.
La situación educativa en la era Edo
En la era Edo, Japón se enfrentaba a un problema que algunas personas comenzaron a notar. Al ser un país que siempre se mantuvo bastante desconectado del resto del mundo, a excepción de los países más cercanos como China y Corea, y otros asiáticos, se empezaba a quedar atrás, en comparación.
Por ello, muchos funcionarios estuvieron de acuerdo en comenzar con el sistema de intercambio de estudiantes, llevando a los japoneses a estudiar en países extranjeros, fuera de Asia, por primera vez de manera oficial. Esto ya suponía un gran avance para las futuras generaciones, que podrían adaptarse mejor al resto del mundo, sin perder, ni dejar de lado, su cultura.
Aun así, esto no fue suficiente para algunos, que señalaron el que no hubiera ninguna mujer entre los estudiantes. La situación no era extraña, puesto que en aquel entonces las mujeres pocas veces estudiaban más allá de lo más básico, centrándose en las cuestiones del hogar, y las tradicionales.
De hecho, apenas existían centros educativos para las mujeres, por lo que ni siquiera habían pensado en incluir a una mujer en este proyecto. Fue Tsuda Sen, un agrónomo amigo de Koruda Kiyotaka, el vicesecretario de la Oficina de Desarrollo de Hokkaido, quien ofreció a su propia hija, Tsuda Umeko, para participar.
Así, a la edad de 7 años, Tuda Umeko llegó a Estados Unidos, para cursar la primaria y secundaria, como parte de la Misión Iwakura, que se encargaba de varios planes diplomáticos. En ese entonces, se quedó en la casa de la familia de Charles Lanman, el secretario de la delegación japonesa, que la recibió con los brazos abiertos, y fue su guía en el país.
Las influencias de un nuevo país y tutores
Desde joven se le inculcó que lo mejor para ella era el estudio, al punto en el que tuvo que viajar sin su familia a un país completamente diferente. Debido a esto, sabiendo la presión que había sobre ella, y con un fuerte sentido del deber, Tsuda Umeko destacó manteniendo buenas notas, mientras aprendía el idioma, la cultura, y conocía a personas importantes.
Varios funcionarios, entre ellos el diplomático Mori Arinori, el primer ministro de educación, se acercaron a ella, y la influenciaron para que dedicara su vida a la educación. Pese a todo, Tsuda Umeko decidió volver a Japón, en vez de ir a la universidad, puesto que llevaba demasiado tiempo fuera de su país natal.
Una vez de regreso, se dio cuenta de las razones por las que su padre le dio tal oportunidad. Se encontró con un país en el que jamás podría progresar como una profesional, a menos que fuera completamente excepcional, y aun así, no había seguridad laboral para ella.
Allí le presionaban constantemente con el tema del matrimonio, así como por diversas tradiciones, sin embargo, jamás llegó a casarse, ni tener hijos. Se dice que esto es, en mayor parte, por su amistad con hombres poderosos, a los que veía constantemente tratar a las demás mujeres como un mero entretenimiento.
Fue entonces que se decidió a regresar a Estados Unidos, continuar sus estudios, y volverse docente, con la intención de enseñar a las mujeres japonesas.
La primera academia de inglés para mujeres de Japón
Después de varios años de estudios, junto a las pocas mujeres japonesas que también participaron en la misión Iwakura, Tsuda Umeko volvió a Japón. Al principio se concentró en encontrar trabajo enseñando inglés a chicas de familias adineradas, sin embargo, este no era su objetivo.
Se planteó crear la primera academia de inglés para mujeres en Japón, pero, al ser esta una institución privada, requería de grandes fondos. Hubo varias dificultades, e incluso tuvieron que contratar a algunas profesoras estadounidenses, por la falta de japonesas calificadas para el puesto.
Aun así, “Joshi Eigaku Juku”, la academia de inglés para mujeres, abrió sus puertas en el año 1900, recibiendo a tan solo 10 estudiantes, que fueron aumentando con el tiempo.
La academia fue ganando fama, con muchas nuevas docentes graduándose de allí. Cuando llegó el final de la vida de Tsuda Umeko, en su memoria la academia fue rebautizada como “Tsuda Eiji Juku”
El legado de Tsuda Umeko
Más adelante, esta academia se convirtió en la Universidad Tsuda, que sigue teniendo hasta el día de hoy como clase principal el inglés. Pero, no se ha quedado solamente con esto.
Al paso de los años se fueron incluyendo más materias, como las famosas clases domésticas, que posteriormente fueron eliminadas, y cambiadas por carreras relacionadas con el arte y la cultura. La investigación y la docencia son los pilares de esta universidad de gran prestigio.
Por todo lo que logró en vida, y lo que llegó después de su muerte, se le tiene gran respeto a la memoria de Tsuda Umeko, al punto en el que podemos ver su rostro en los billetes de 5000 yenes, para recordar la importancia de su historia.
Siendo una persona que contribuyó tanto en la educación, y los derechos de la mujer en Japón, y, por ser una de las pocas mujeres que tuvieron la capacidad de dedicarse a su carrera, negándose a tener un matrimonio concertado, Tsuda Umeko es uno de los íconos feministas de Japón.
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