Karoshi: La razón detrás de tantas muertes por exceso de trabajo

Karoshi 

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Seguramente has escuchado de cómo los japoneses, al igual que otros asiáticos, suelen trabajar hasta morir. Si bien esto tiende a parecer una exageración, no lo es en lo más mínimo, se trata del Karoshi, el exceso de trabajo que puede llegar a matar.

Resulta un poco absurdo creer que alguien trabajaría hasta fallecer en el trabajo de buena gana. Casi parece que estuviéramos hablando de un tipo de esclavo moderno, pero, es la realidad de muchos en Japón.

¿Por qué los japoneses tienden a trabajar tanto?

Ocurre algo muy particular con los asiáticos en general, y sobre todo con los japoneses. Se trata de ciertas cuestiones culturales que los obligan socialmente a cumplir con ciertos estándares o roles en sus vidas.

Las cuestiones sociales

Este tipo de cultura tiende a poner a la sociedad muy por encima del individuo. Como podemos ver en algunas costumbres como el Honne y Tatemae, resulta casi imposible para un japonés promedio no darlo todo para cumplir su rol en la sociedad.

De no hacerlo, incluso en momentos en los que no están obligados a ello, pueden llegar a tener cierto sentimiento de culpa o preocupación. Todo esto debido a los fuertes estándares que se les enseña desde niños.

Si vamos a su educación, por ejemplo, tenemos a jóvenes que estudian hasta 16 horas al día, durante casi toda la etapa escolar. Aunque, claro, esto se debe en mayor parte a las clases extra y cursos extracurriculares.

De cualquier manera, los esfuerzos tienden a ser enormes desde jóvenes, acostumbrándolos a una vida de trabajo y estrés continuo.

Las cuestiones históricas

¿Cuándo comenzó está obsesión con el trabajo? Si bien el japonés es conocido por ser muy trabajador desde los inicios de su historia, hay un factor muy importante en esto. La Segunda Guerra Mundial.

Hay que recordar que Japón fue uno de los países más afectados por la guerra, debido a las dos bombas atómicas que fueron usadas en su contra. Con el país destrozado, lo único que podían hacer era trabajar para reconstruirlo, cosa que lograron muy bien, convirtiéndose en potencia mundial en tan solo dos décadas.

Si bien ahora el país goza de tranquilidad y estabilidad, no es fácil dejar de lado décadas de esfuerzo continuo. Este tipo de esfuerzo parece haber quedado grabado en su cultura, sobre todo teniendo en cuenta que ese no fue el único desastre.

Siendo un país que sufre de continuos desastres naturales, no es raro que estén preparados para levantar el país una y otra vez desde cero.

La falta de vida personal

Otro punto muy relevante es la falta de vida personal que tienen muchos japoneses. Al no tener compromisos sociales más allá del trabajo, muchos ni sabrían qué hacer con el tiempo libre.

Curiosamente, esto es algo provocado justamente por la presión que reciben en el colegio. Entre tantos estudios y exámenes, las relaciones personales pasan a segundo plano, o son completamente inexistentes. 

Siendo así, es mucho más difícil que los adultos puedan crear lazos de amistad significativos, y mucho más que sean capaces de dejar de lado las «obligaciones» para ir a relajarse. Es bien sabido que muchos japoneses ni siquiera disfrutan del todo sus vacaciones, si es que tan siquiera la solicitan.

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La poca modernización 

A pesar de ser una potencia mundial, y de ser uno de los países que más aprovechan las nuevas tecnologías, en muchos otros aspectos siguen atrasados.

Resulta curioso cómo un país que no duda en implementar el uso de inteligencias artificiales como ChatGPT en los colegios, así como en bancos y entidades públicas, es incapaz de modernizar los procesos más simples.

Muchos trabajos que han dejado de existir hoy en día siguen funcionando allí. Simplemente, les resulta más natural seguir contratando a alguien que aprender a usar Excel, por ejemplo. 

Son tantas las cuestiones dentro de un empleo que podrían ser mejoradas, y no lo son por costumbre, que puede llegar a ser muy chocante para los extranjeros.

La falta de empleo

Aunque todo lo anterior puede parecer más que suficiente para la existencia del Karoshi, lo cierto es que el factor fundamental es la falta de empleo.

A principios de siglo la falta de empleo era tanta que resultaba casi imposible para los recién graduados conseguir un empleo estable con buen sueldo. Esto llevó a qué muchos comenzarán a tener empleos en pésimas condiciones, que exigían mucho y pagaban poco.

La crisis de empleos siguió por mucho tiempo, y no es sino hasta los últimos años que finalmente se está revirtiendo.

Las horas extra obligatorias

Ligado al tema anterior van las horas extra, un tema muy polémico tanto en Japón, como en Corea del Sur y China.

Se trata de la obligación social de permanecer horas extra en el trabajo, por el bien de la empresa, incluso si estas no son pagadas.

Ante este comportamiento abusivo de las empresas, el gobierno prohibió que no se pagarán las horas extra. Sin embargo, aún así hay muy poco que se pueda hacer al respecto. 

Incluso si se llegan a pagar las horas extra, pueden reducir de alguna manera el sueldo para salir beneficiados. Como es el caso de los animadores en Japón.

En este otro post sobre los animadores japoneses hablamos sobre cómo una de las industrias que más genera ganancias en Japón hoy en día, es la que más explota a sus trabajadores. Sueldos que rondan los 200 $ a los 500 $ mensuales en una de las ciudades más caras del mundo, horas extra al punto de tener que dormir en la oficina, y mucho estrés. No es de extrañar que está industria sea de las que más Karoshi tienen.

De hecho, las muertes por Karoshi ya resultan tan naturales que muchos ni se inmutan al escuchar sobre ello. Sobre cierto animador que falleció, o incluso sobre los mangakas y escritores.

¿Esto cambiará en el futuro? 

Por desgracia, a pesar de que las condiciones de trabajo mejoran poco a poco, no hay señales de que las muertes por Karoshi se detengan. Todo lo contrario, en cuanto más se normaliza el Karoshi más común se vuelve. 

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