¿Qué son las Geishas realmente?
El icono viviente de Japón, quienes mantienen vivas las tradiciones y artes de su país, a costa de su propia vida. Las geishas, también conocidas como geiko, son las mujeres que cargan con toda la cultura japonesa en sus hombros, estando versadas en el arte tradicional, y el arte de la conversación, son dedicadas y capaces en su trabajo, ofreciendo un entretenimiento que no tiene par.
Las geishas, desde hace muchos años, son vistas con malos ojos desde el exterior, debido a la desinformación que circula alrededor de ellas. Por ello, en esta ocasión me encargaré de mostrarte la realidad sobre el tipo de trabajo que hace una geisha, y sobre su ardua formación.
Convertirse en una aprendiz de geisha
En la antigüedad, si una familia necesitaba de dinero, podía vender a una hija a las okiyas (las casas de geishas). Las okiyas a cambio, se quedaban con el dinero que generaban las presentaciones de las geishas, dándoles a ellas apenas una misera parte (dependiendo del caso), además de la comida, techo, y los kimonos.
Ahora, esto ya no sucede (y está penado por la ley). Si una joven desea convertirse en geisha debe comenzar su formación a sus 15 años, dejando la escuela para poder concentrarse en sus estudios como una shikomi. Y por supuesto, su trato con la okiya es el de una empleada, que recibe un sueldo adecuado, con todos los beneficios de trabajo que pide la ley.
Por supuesto, no es tan sencillo ser seleccionada para comenzar la formación para ser una geisha. Las okiyas actualmente solo aceptan a personas que hayan sido recomendadas personalmente, ya sea por otras geishas, o por alguno de los clientes frecuentes de la okiya. Además, se requiere la autorización del tutor, siendo este partícipe en un contrato donde se estipulaba la forma de proceder con respecto a la educación de la interesada.
Cabe destacar que la vida de una geisha no es para todo el mundo, solo comenzando la formación, a la solicitante se le niega la comunicación con sus familiares y amigos durante cierto periodo de tiempo. Esto se hace con la intención de que se pierda la costumbre de depender de otros, y pueda desarrollar sus habilidades por completo, sin distracciones.
¿Cómo es la formación de una geisha?
Para llegar a ser una geisha se debe pasar por una formación de unos 5 años, o poco más, por el cual las aspirantes pasarán por distintos rangos, mientras estudian concienzudamente las artes referentes a su oficio.
Los rangos entre las aprendices de geishas, son catalogados en tres fases, antes de la ceremonia, los cuales muestran en qué parte de su entrenamiento se encuentran, y qué tanto han aprendido.
Las Shikomi, aspirantes a aprendices de geisha
Siendo el rango de quienes recién ingresan a la okiya, con la intención de convertirse en aprendices de geishas, las shikomi tienen distintas obligaciones para demostrar que tienen el potencial para este tipo de vida.
Después de mudarse a la okiya, dejando atrás todo lo relacionado con su vida anterior, las shikomi comienzan su formación siendo sirvientas, recibiendo lecciones de la okasan (la dueña de la okiya, considerada la madre de las geishas), y estudios de parte de una escuela especial pagada por la okiya.
Entre sus obligaciones están las tareas del hogar de la okiya, limpiando, lavando la ropa, cocinando, etc. Además deben ayudar a sus onesan (hermanas mayores), a maquillarse, vestirse, y desvestirse, cosa muy importante en su formación, ya que tanto la vestimenta como el maquillaje son tradicionales, y requieren de cuidados y consideraciones especiales.
Las shikomi están al cuidado de sus onesan, sean estas geishas o senior maiko, que se encargan de guiarlas e instruirlas en ciertas labores. El deber primordial que las shikomi es estar siempre disponible para su onesan, para cualquier situación en que esta la pueda recurrir. Siguen a todos lados a su onesan, cargan los instrumentos de trabajo y están al tanto de cada gesto y comportamiento, tratando siempre a la onesan con sumo respeto, acorde a su posición.
Puesto que es la obligación de la shikomi el siempre estar disponible para ayudar, la mayoría de las ocasiones tienen un tiempo de sueño muy reducido, debido a lo demandante del trabajo, sin olvidar que las shikomi reciben educación fuera de la okiya, y no pueden descuidar ni un poco estos estudios, donde comienzan a aprender las artes tradicionales.
La formación en artes tradicionales
Como parte de su entrenamiento, las shikomi reciben clases sobre cómo comportarse, moverse, hablar, o pensar. Deben aprender a servir el té correctamente, a cómo moverse con el kimono. Entre sus clases de música, les enseñan a tocar la flauta, el shamisen y percusión, a la vez que reciben clases de odori, es decir, baile tradicional.
La formación llega a ser demasiado fuerte para muchas personas, por lo que no se reciben aprendices que no sean recomendados, ya que el peso del gasto podría caer sobre quien recomendó, si es que la aprendiz termina por abandonar.
Aun así, la mayoría se gradúa con normalidad en alrededor de un año. Claro que, quienes no pasan a la primera usualmente prefieren abandonar a tomar otro año como shikomi.
Minarai, las aprendices silenciosas
El siguiente rango sería el Minarai, que es el obtenido luego de haber pasado los exámenes de ingreso.
Este es un punto en que ya no se es una Shikomi, pero tampoco eres oficialmente una maiko, una especie de punto medio, donde la mayor obligación es seguir a la onesan a todas partes como lo haría una shikomi, con la diferencia de que esta vez la acompañará en sus eventos, pero durante estos, solo podrá permanecer en silencio en algún punto de la habitación, observando e imitando el comportamiento de la onesan.
Esto es muy importante para aprender por completo el arte de la conversación, que siempre termina siendo el tema más difícil para las aprendices.
Maiko, la aprendiz de geisha
No es sino hasta este punto que se le considera una verdadera aprendiz de geisha. Luego de hacer la ceremonia de musubi, donde crea lazos con su onesan, la minarai pasa a ser oficialmente una maiko.
Sus deberes son recorrer las distintas casas de té para presentarse y entregar su tarjeta de presentación, con su nombre y el de su onesan, para darse a conocer. A partir de aquí la maiko sigue a las geishas a sus eventos, aprendiendo como lo haría una minarai, pero con un poco más de interacción, y en muchos casos, siendo ella quien haga el entretenimiento y cobre.
El debut de una maiko es algo tan poco común hoy en día que muchos reporteros siguen a la debutante y toman noticia del evento.
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