¿Qué tal es la seguridad en Japón?

La seguridad en Japón

La seguridad en Japón

Japón cuenta con la tasa de crímenes más baja de los países industrializados, destacando la seguridad en Japón. Se trata de un país donde el Estado se toma muy en serio la seguridad, y el porte de arma es tan difícil, que ni siquiera los participantes del crimen organizado tiene un acceso sencillo a este.

Primeramente podríamos pensar que esto se debe a lo “avanzado” que se cree que es Japón, con cámaras de seguridad y una que otra cosa más, pero esto está muy lejos de la realidad. Lo cierto es que el mérito se lo llevan las políticas del Estado, junto con la propia cultura y pensamiento japonés.

Recordemos que en Japón casi no existe el individualismo. Desde temprana edad se le enseña a los ciudadanos que forman parte de una sociedad, una comunidad, una nación. Por ello, podemos ver cómo sus comportamientos se adecúan a esto.

Se trata de una cultura que puede llegar a dictar incluso la forma de ser de sus ciudadanos, sin que estos lleguen a verlo como algo malo. Es, por así decirlo, un perfecto control de masas, que mantiene a todos en armonía, a pesar de la sobrepoblación, el estrés, e incluso la depresión.

Un perfecto ciudadano japonés no tomará algo que se encontró en la calle, no molestara a sus vecinos o compañeros, y siempre dará su mejor esfuerzo. De esta manera se les cría, se les inculca los valores necesarios para que la sociedad pueda seguir en tranquilidad.

No por nada tienen los índices más bajos de criminalidad. Un país que llega a tener solo 80 asesinatos en un año, o menos, al contrario de otros países como USA, donde los asesinatos superan las 15,000 víctimas cada año. ¿Notas la diferencia?

 

La importancia de la educación en Japón

Si tuviera que reducir el mérito a una sola cosa, sería la educación, y es que los valores son aprendidos de nuestro entorno, y de quienes nos guían. Al darle Japón tanta importancia a la educación, volviéndola incluso obligatoria, ayuda a que sus ciudadanos aprendan desde pequeños la importancia de la paz, la armonía, y la rectitud.

La seguridad en Japón

La excepción a la regla

Aun cuando llevamos rato hablando sobre lo increíblemente seguro que es Japón, hay ciertas excepciones en cuanto a lo que se considera “bueno” o “malo”, y por tanto, hay ciertas leyes que no se cumplen, o que directamente se rompen, sin que esto afecte el típico pensamiento o actuar japonés.

 

Las estafas

De todo tipo, a todas horas. ¿Quieres un consejo? No le des dinero a un monje. Resulta extraño, ¿cierto?

Resulta que en Japón hay cientos de estafadores, de todo tipo. ¿Alguna vez se te ha acercado alguien en la calle, para ofrecerte un producto o servicio? Bueno, en este país ese es un caso 24/7. No importa a donde vayas, o que tengas que hacer. Cientos de personas en el camino intentarán darte información sobre la empresa que las contactó, e intentarán conseguir que vayas a sus tiendas, o que firmes alguna petición o proyecto dudoso.

Por supuesto, no todos son estafadores, de hecho, la mayoría solo busca lo que te promete, darte un servicio o producto de calidad. Sin embargo, siempre habrá excepciones. Supuestos casting para comerciales que terminan en páginas de contenido dudoso, productos extraños a precios exorbitantes, y mucho más.

Uno muy curioso es el del monje. Son personas que se disfrazan de monjes budistas y van por ahí pidiendo dinero para alguna causa. Estos monjes son tan falsos, que muchas estaciones de tren tienen letreros que advierten de no darle dinero a estos farsantes.

 

Los robos

Aunque los japoneses no tomen el teléfono que olvidaste en alguna tienda, o en la calle, aun así, no tienen ningún problema con robarte tu paraguas o bicicleta.

¿Por qué ocurre esto?

La cuestión de los paraguas, se cree que es debido a lo baratos que son, y lo fácil que es olvidarlos. Si un día llueve, y fulano olvidó su paraguas en casa, no pasa nada, simplemente agarra el de otra persona y ya.

Por su parte, el dueño, no tiene más remedio que pasar por un nuevo paraguas, o robar el de alguien más. Lo que claro, causa un efecto en cadena bastante molesto.

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